Dios todopoderoso y eterno,
nos dirigimos a ti en este momento de necesidad urgente.
Dependemos totalmente en ti.
Humildemente te rogamos
a derramar tu misericordia en todos nosotros.
Purifica nuestros corazones.
Vuélvenos de un sentido de lástima de sí mismo
a un sentido de gratitud,
del egoísmo a la generosidad,
del miedo a una fe más profunda.
Haznos más conscientes de tu cercanía
en medio de nuestro dolor.
Para aquellos que están enfermos ahora,
trae paciencia y la sanación.
Para aquellos en busca de un remedio,
guíalos por la luz de tu Espíritu Santo.
Para los cuidadores médicos que están ayudando a los enfermos,
fortalécelos y protégelos.
Para aquellos que están trabajando para erradicar esta peste,
concédeles éxito.
Para aquellos que están ansiosos y con miedo,
dales la paz.
Para todos los que han muerto a causa de esta enfermedad,
ten piedad de sus almas.
Que tu poder infinito
sea nuestra defensa y nuestra salvación.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.