por Obispo Michael J. Sis
Este mes, el Papa Francisco está lanzando un proceso mundial de dos años que culminará en el Sínodo de los Obispos en octubre de 2023. Este proceso requiere que las parroquias y diócesis locales lleven a cabo consultas y sesiones de escucha que envolverán a muchas de nuestras personas locales en una experiencia de discernimiento e intercambio de ideas.
Un sínodo es una reunión de miembros o líderes de la iglesia para deliberar sobre asuntos que afectan la vida de la iglesia. A veces, un sínodo se lleva a cabo a nivel diocesano. A veces es una reunión de obispos de un determinado país o región. Después del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI estableció el Sínodo de los Obispos, mediante el cual un grupo de obispos de todo el mundo asesora al Papa sobre asuntos que son importantes para la Iglesia. A lo largo de los años, algunos ejemplos de los temas tratados por el Sínodo de los Obispos son la evangelización, la Eucaristía, la familia, los laicos, la vida religiosa, el ministerio ordenado, y los jóvenes.
El tema del próximo Sínodo de los Obispos en 2023 será “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Todas las diócesis del mundo, incluida nuestra Diócesis de San Ángelo, llevarán a cabo un proceso sinodal diocesano de seis meses desde octubre de 2021 hasta abril de 2022. Enviaremos un resumen de diez páginas de las ideas que han surgido de las personas en nuestra diócesis, y estos serán sintetizados con la retroalimentación de las otras diócesis de nuestro país en un informe que será enviado por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos al Vaticano. Todas las aportaciones por alrededor del mundo se incorporarán a las deliberaciones del Sínodo de los obispos en Roma.
Al comenzar este proceso, es importante comprender algunas palabras claves. La palabra en español “sínodo” proviene de la palabra griega synodos, la cual se refiere a una reunión o asamblea. Esa palabra se compone de las palabras griegas syn (“juntos”) y hodos (“camino”). Por lo tanto, cuando participamos en un sínodo, estamos “caminando juntos por el camino”. En los evangelios, Jesús se presenta a sí mismo como “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6), y en los Hechos de los Apóstoles, los primeros seguidores de Jesús fueron originalmente llamados “seguidores del Camino” (ver Hechos 9:2; 19:9; 19:23; 22:4; 24:14; 24:22).
El Papa Francisco ha dicho a menudo que la iglesia necesita funcionar de una manera más sinodal. El adjetivo “sinodal” se refiere a algo que tiene la calidad de caminar juntos, escucharse, dialogar, y estar abierto a la acción del Espíritu Santo. En su reciente documento de preparación para este sínodo, “Vademécum para el Sínodo sobre la Sinodalidad” (Vademécum), la Oficina del Sínodo de los Obispos de la Santa Sede declara: “En una Iglesia sinodal, toda la comunidad, en la libre y rica diversidad de sus miembros, está llamada a rezar, escuchar, analizar, dialogar, discernir y aconsejar para tomar decisiones pastorales que correspondan lo más posible a la voluntad de Dios” (Vademécum, núm. 1.4).
La mayoría de nosotros no estamos familiarizados con la palabra “sinodalidad”, pero ciertamente la escucharemos con frecuencia en nuestra iglesia en los próximos años. Se refiere a la cualidad, carácter, o condición de ser sinodal. Así como la “claridad” es la cualidad de ser claro y la “legalidad” es el carácter de ser legal, la “sinodalidad” es la cualidad de ser sinodal. “Sinodalidad” es una nueva palabra que ha comenzado a aparecer en la literatura católica teológica, canónica, y pastoral en las últimas décadas. Aunque la palabra “sinodalidad” no se encuentra explícitamente como término o concepto en la enseñanza del Concilio Vaticano II, esta palabra pretende expresar la obra de renovación promovida por él (Sinodalidad en la Vida y Misión de la Iglesia, Comisión Teológica Internacional, 2 de marzo de 2018, núm. 6).
El Vademécum de este sínodo dice que “La sinodalidad designa ante todo el estilo peculiar que califica la vida y la misión de la Iglesia expresando su naturaleza, como el caminar juntos y el reunirse en asamblea del Pueblo de Dios convocado por el Señor Jesús en la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio. Debe expresarse en el modo ordinario de vivir y obrar de la Iglesia.… Todos estamos invitados a escucharnos unos a otros, para oír los impulsos del Espíritu Santo, que viene a guiar nuestros esfuerzos humanos, introduciendo vida y vitalidad a la Iglesia y llevándonos a una comunión más profunda para nuestra misión en el mundo” (Vademécum, núm. 1.2).
A medida que llevamos a cabo la fase diocesana del proceso del sínodo durante los próximos seis meses, pondremos a disposición varias sesiones de escucha, diálogo, y discernimiento comunitario en oración. En esas reuniones alrededor de la diócesis, se invitará a las personas a hablar con valentía y libertad de corazón como compañeros de camino. Este sínodo tiene la intención de ser un ejercicio espiritual para los participantes que comparten en la fe ideas y experiencias, no un proceso democrático o parlamentario de agendas de lucha.
La pregunta fundamental que estará en el centro de la consulta es la siguiente: “En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”? (Documento preparatorio, Sínodo de los Obispos, núm. 26).
El propósito general de este sínodo mundial, incluida nuestra fase diocesana local, es “hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros, y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos” (Papa Francisco, Discurso en la Apertura del Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes, 3 de octubre de 2018).
Cuando participemos en nuestro proceso sinodal local, hay ciertas actitudes que la iglesia anima tener para fomentar una escucha genuina y un diálogo abierto. Estamos invitados a hablar con valentía y honestidad. Nuestro compartir debe integrar libertad, verdad, y caridad. En lugar de participar en un debate para convencer a los demás, debemos escucharnos unos a otros con humildad. Deberíamos estar dispuestos a cambiar nuestras opiniones. Estamos llamados a abandonar las actitudes de complacencia y comodidad basadas en cómo siempre se han hecho las cosas en el pasado. Estamos llamados a escuchar lo que el Espíritu nos sugiere en el ejercicio del discernimiento. Debemos dejar atrás los prejuicios y estereotipos. Debemos escucharnos activamente unos a otros por amor, en un espíritu de comunión y de nuestra misión común. Podemos construir puentes más allá de las divisiones de edad, género, riqueza, capacidad, o educación. Estamos llamados a ser faros de esperanza en nuestra diócesis local y en el mundo (Vademécum, núm. 2.3).
La esperanza en este proceso sinodal es que nos ayude a conducirnos a una comunión más profunda, una participación más plena, y una misión más fructífera. Tiene la intención de fomentar relaciones más profundas, trabajar en equipos, consultas, transparencia, y responsabilidad en la iglesia. Busca sacar a la luz las mejores prácticas y un nuevo impulso hacia la corresponsabilidad entre los miembros de nuestra iglesia.
Para aquellos que deseen aprender más sobre todo este proceso del Sínodo sobre la Sinodalidad, el Vaticano ha puesto muchos materiales explicativos disponibles en línea en el sitio web oficial del sínodo, en synod.va/en.html en inglés y en synod.va/es.html en español. Para aquellos que deseen leer una explicación detallada del concepto de sinodalidad, un recurso útil es el documento escrito por la Comisión Teológica Internacional llamado Sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia, publicado el 2 de marzo de 2018.
En la Diócesis de San Ángelo, abriré oficialmente la fase diocesana del proceso sinodal en dos Misas en la Catedral del Sagrado Corazón el domingo 17 de octubre, en español a las 12:00 del mediodía y en inglés a las 6:00 de la tarde. En esas Misas, también conmemoraremos el 60º aniversario de la fundación de la Diócesis de San Ángelo, y todos están invitados.