Adultos jóvenes, entre las edades de los 18-39 años de edad, constituyen una gran parte de la población del Oeste de Texas, y tienen el potencial de contribuir en gran medida a la misión de Cristo. Sin embargo, antes de que se pueda esperar que ministren al mundo, ellos mismos deben primero ser ministrados con eficacia en nuestras iglesias. Ya por demasiado tiempo, el alcance a los adultos jóvenes se ha descuidado en gran medida.
El Papa Francisco muy a menudo dice que necesitamos llegar a aquellos que están en los márgenes. Cuando visito nuestras parroquias y misiones, veo que los que están es sus años 20 y 30 son algunos de los más marginados. En la vida de la Iglesia en general, sus voces son fácilmente silenciadas y su experiencia de vida se pasa por alto.
Es mi deseo que todas nuestras parroquias y ministerios en la Diócesis de San Ángelo hagan una prioridad pastoral principal de llegar a los adultos jóvenes. Tenemos que invertir los recursos financieros, humanos y espirituales en el ministerio pastoral para los adultos jóvenes Católicos. Cuando hacemos esto, vamos a hacer nuestra vida parroquial más vibrante, y vamos a preparar el camino para la próxima generación.
En su encíclica Tertio Millennio Adveniente, dijo el Papa Juan Pablo II, “El futuro del mundo y de la Iglesia pertenece a la generación más joven.” (58) El tiempo, la energía y los recursos invertidos en cultivar la fe y la espiritualidad de los jóvenes Católicos representan una inversión sólida en la misión futura de la Iglesia – una que promete una rica cosecha.
Hay muchos desafíos que enfrentan a los jóvenes Católicos adultos de hoy en día. Durante la adolescencia tardía y la adultez temprana, muchos jóvenes Católicos se alejan de la Misa y la vida parroquial, pero estos son precisamente los años cuando necesitan la guía de la Iglesia para las decisiones fundamentales de vida sobre su carrera, la educación y las relaciones.
En su experiencia de búsqueda de preparación para el matrimonio, a veces se sienten como que si están siendo rechazados de las parroquias, ya que no llenan el perfil que la parroquia espera. Estos son momentos cruciales en su relación con la Iglesia.
Desafortunadamente, cuando desean participar más en su fe Católica, no siempre saben por dónde empezar, a quién preguntar, o cómo conectarse a las estructuras parroquiales existentes. Se mudan a menudo en torno a los estudios de la universidad y el trabajo. Durante estos movimientos, no siempre se conectan a una parroquia muy rápida o fácilmente.
Nuestras parroquias Católicas no ofrecen muchos programas de formación en la fe para las personas de entre 20 y 30 años, y los adultos jóvenes mismos tienen tiempo limitado, debido a los horarios demandantes de trabajo y la escuela. Mientras que su nivel de catequesis y la comprensión de la cultura Católica son a menudo bajos, sin embargo tienen el deseo de aprender más acerca de la fe.
Incluso puedo recordar casos en los últimos años cuando algunos feligreses adultos mayores han disuadido a adultos jóvenes de tomar un papel de liderazgo en la parroquia. Esto puede ser el resultado de mentalidades “territoriales” posesivos, el deseo de estar en control, la falta de voluntad para ir más allá de las zonas de comodidad, o el miedo a lo desconocido.
En nombre de todos los adultos jóvenes Católicos, los jóvenes adultos delegados al Tercer Congreso Continental de Vocaciones en el 2002 hicieron esta petición a los de liderazgo en la Iglesia: “Danos los recursos que necesitamos para ser lo que Dios nos ha llamado a ser. Vamos a utilizar esos dones en cambio para enriquecer nuestra Iglesia. Estén en diálogo con nosotros con franqueza, con respeto y con una actitud receptiva.
Reconozcan nuestros dones, nuestro idealismo, y nuestra energía. Necesitamos mentores, figuras de sabiduría y directores espirituales. Somos aprendices dispuestos. Proporciónenos una catequesis significativa, formación continua, y la educación. Entrénenos para convertirnos en líderes. Confíenos con responsabilidades reales.” En la Diócesis de San Ángelo, quiero que respondamos a esta suplica.
Para todos los adultos de mediana edad y mayores que tienen un papel de liderazgo en nuestras parroquias, misiones y ministerios en la Diócesis de San Ángelo, recomiendo el siguiente enfoque para los adultos jóvenes:
Integrarlos en los ministerios y las estructuras parroquiales existentes.
Reservar algunos lugares para los adultos jóvenes en los consejos parroquiales y financieros, con el propósito de enseñarles y hacer uso de su creatividad.
Estar constantemente en la búsqueda de aquellos con potencial de liderazgo y encomendarles proyectos y diversas funciones de liderazgo.
Ser receptivos a la acción del Espíritu Santo de traer los adultos jóvenes con dones especiales a algunos de los proyectos que su parroquia necesite.
Entrenar a adultos jóvenes Católicos para asumir liderazgo apropiado.
Darles crítica constructiva y el apoyo que necesitan para crecer en sus habilidades de liderazgo.
Considerar su tiempo y energía invertidos en su formación y enseñanza como una expresión de su corresponsabilidad.
Tener confianza en sus habilidades.
Encuentrar alegría en su alegría espontánea y energía juvenil.
Hay que encontrar maneras de conectar los adultos jóvenes con los adultos mayores.
La parroquia puede ser un constructor de puentes entre las generaciones. Por ejemplo, cuando los adultos jóvenes llevan la Eucaristía regularmente a los confinados, enriquece tanto a los jóvenes como a los adultos. Si se les hace sentir bienvenidos, los adultos jóvenes pueden infundir nueva vida a grupos tales como los Caballeros de Colón, los Comités Pro-Vida, y grupos de mujeres, como las Guadalupanas y las Catholic Daughters of the Americas.
La Misa y otras reuniones de la iglesia deben ser apetecibles y acogedoras hacía ellos. Cuando los adultos jóvenes están sirviendo en papeles visibles en la liturgia, como lectores, miembros del coro, ujieres o ministros extraordinarios de la Eucaristía, esto tiene el efecto de atraer a otros jóvenes a esa parroquia. Es importante que los retiros, momentos de oración, Misa y confesión sean más accesibles a los adultos jóvenes, tomando en cuenta sus horarios de trabajo y de estudio. Por ejemplo, si la única vez que la Misa semanal se lleva a cabo es a las 9:00 de la mañana, automáticamente estamos excluyendo la mayoría de los adultos jóvenes.
Los adultos jóvenes pueden hacer catequistas y voluntarios muy eficaces en el ministerio parroquial para adolescentes. También son muy buenos en la formación de grupos de apoyo para los padres jóvenes. He estado muy impresionado con pequeños grupos de parejas casadas que fueron iniciados por parejas jóvenes en una parroquia que simplemente encontraron maneras de apoyarse el uno al otro.
Nunca debemos suponer que los adultos jóvenes están opuestos a la oración, la enseñanza de la Iglesia, la Confesión, la Misa, o disciplina. Muchos están buscando sentido y dirección. A ellos les gusta asistir a talleres y presentaciones sobre las relaciones, preguntas sobre citas, y asuntos de la Teología del Cuerpo. Muchos adultos jóvenes están muy deseosos de aprender las enseñanzas de la Iglesia, y se convierten en portavoces a sus compañeros en estos asuntos. He visto a muchos adultos jóvenes que forman uniones matrimoniales muy saludables y construyen familias fuertes fundadas en las enseñanzas de la Iglesia sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia.
Los jóvenes adultos Católicos hoy en día saben muy bien que el dar testimonio de Cristo les va a costar algo. No debemos tener miedo de hablar con ellos del misterio de la Cruz, el martirio, y los sacrificios hechos por nuestros antepasados en la fe.
En Tejas, los adultos jóvenes Católicos muy a menudo son desafiados por los que no son Católicos con preguntas acerca de nuestra fe Católica y nuestras prácticas. Nuestros jóvenes adultos a veces se sienten frustrados por la falta de formación antecedente para poder responder a estas preguntas particulares. Como Iglesia debemos equiparlos bien para que puedan responder con confianza.
Los adultos jóvenes se motivan por medio de proyectos de servicio, especialmente cuando ven una necesidad concreta delante de ellos, y donde pueden hacer una diferencia visible en la vida de aquellos a quienes están sirviendo. Recomiendo que complementemos proyectos de servicio directo con oportunidades para reflejar sobre el significativo del servicio y de las causas fundamentales de los problemas que el proyecto pretende abordar.
En la era de información de hoy en día, los adultos jóvenes muy a menudo obtienen su información acerca de la religión de fuentes en línea. La página web de la Diócesis de San Ángelo contiene enlaces a algunos sitios útiles para los adultos jóvenes Católicos. Por ejemplo, Busted Halo (
bustedhalo.com) ofrece información abundante acerca de la fe y la sociedad. El comenzar un ministerio de jóvenes adultos en una parroquia no tiene que empezar de la nada. Young Adult Ministry in a Box (
yaminabox.com) muestra los pasos prácticos para cómo empezar un ministerio Católico de jóvenes adultos. The National Catholic Young Adult Ministry Association (
ncyama.org) ofrece conexiones a los líderes en el ministerio de jóvenes adultos a nivel regional y nacional. La Diócesis de San Ángelo es miembro de esta asociación.
Tengo la esperanza de que la celebración de la Diócesis de San Ángelo de la Jornada Mundial de la Juventud el sábado 30 de julio, en el McNease Convention Center en San Ángelo, proporcione una plataforma para lanzar una nueva era de un ministerio vibrante de jóvenes adultos Católicos en el Oeste de Tejas. Tenemos un largo camino por delante, pero todo es posible con Dios.